jueves, 21 de agosto de 2008

Subaracnoidea

Tormenta. Tarde de otoño, el viento ovalaba el vidrio de la ventana. La habitación estaba serena, casi silenciosa. No había nadie, al menos no en mi alma. Bajo este microclima comenzó la secuencia…

No miro al techo, sabia que trataba de aplastarme. No miro el suelo, él era mi inminente destino. Por eso apreté las pestañas, no obstante miraba o al menos simulaba hacerlo. Transpirando y con movimientos ágiles de mi cuello veía en rededor todo destrozado. Los autos y los bosques se quemaban, la gente moría y el clima cada vez carcomía más mi piel. Miraba… miraba todo claramente, pero con una única consigna. No abrir los ojos.

Mis pómulos acalambrándose por tratar de elevarse cada vez más hacia mis ojos en el afán de fuerza de no abrirlos. Veía más y cada vez más. Veía dos hombres, uno muy alto, otro de estatura normal pero gordo, muy gordo. También había una mujer que cargaba muchas cosas, imposible saber que era. Buscaban algo. No… no solo buscaban algo, sino que buscaban algo de mí. Sentía los pasos cada vez mas cerca. Los veía, pero no podía saber de donde venían me resistía a abrir mis ojos. Tal vez romperían el vidrio ovalado de la ventana, o tirarian abajo la puerta de la habitación, no se… Pero querían algo de mí.

Ambiguamente, no sabia si prestar atención a mi vacío o a la venida de estos individuos. Sentí una inesperada desconexión en mi cabeza, ya no importaban la puerta ni la ventana ni siquiera la venida de estos dos hombres y la mujer. El aire se volvía espeso, los ruidos se confundían en mi mente y el alma se saturaba en grises. Extrañaba… extrañaba todo lo que tuve alguna vez, me arrepentía de lo que hice mal, de lo que no dije, de lo que deje de hacer. Pero reinaba el arrepentimiento.

De golpe todo se calmo..! El techo ya no aplastaba, la habitación irradiaba luz mas blanca que antes y el vació se volvió una necesidad decisión. Necesitaba saber si el equilibrio fue justo y si todo había valido la pena.

La lágrima se deslizó por mi mejilla. Debía pagar un precio justo porque era tarde para arrepentirse. Tome coraje y abrí los ojos, los hombre se miraron y se sacaron los barbijos, la mujer junto sus cosas.

Debía pagar un precio justo por lo que… el suelo fue inminentemente mi destino.

3 comentarios:

Muse Of Evil dijo...

precioso.

Muse Of Evil dijo...

MALDITO TU ERES ENTRE TODAS TUS MUJERES..!
Te odio, y mucho. Mucho porque te extraño, mucho porque me hacés falta para reirme, para descargarme, para mandarte a la mierda como me gusta hacerlo!
y mucho más por desaparecer asi como si nada sin darle importancia o señales de vida (aunque sea de una miserable vida) a alguien que te acompaña. Porque vos sos un puto de porquería, un frenético manioso putero y quilombero; un hijo de mil yeguas pero que al fin y al cabo se hace querer.
Y ME SIENTO MAL..!! MAAAAAAAAAAL
Tiraste por tierra el derecho a la expresion! estoy completamente incomunicada, Y TE EXTRAÑO MIERDA..!!
puta tu novia.

MOE
Instituto de Recuperación de Amigos que retomaron el camino de la perdición.
Campaña en pro de los Derechos de la Amistad.

Muse Of Evil dijo...

bueno. era en chiste lo anterior. salvo la parte de ya se te extraña gil..!!

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